domingo, 5 de febrero de 2017

Alejandro, amigo




Dedicado a nuestro amigo, reconociéndolo como un valiente y luchador. 
Abnegado, cada día y viendo, la mejoría que toma a medida que las jornadas 
van transcurriendo. Todos contigo. Amigo.

   














Acabó de sufrir al zanjar su confesión.
No lo esperaba ¡Nadie!
Fuimos atravesados por un estilete hiriente.
Sereno, comedido, con voz de candela reveló: 
¡Tengo cáncer!

Está recibiendo sesiones de quimio por su dolencia.
Las resiste como un valiente. ¡Es valeroso!
Petrificado estoy por su relato.
Sin perder el tono, nos mira y nos dice sonriendo
__ ¡No es para tanto!
Los hay que no se quejan y están peor.
De esta salgo. ¡Dios querrá!
Nos advirtió a los inmediatos. Majestuoso.
__ Mejoro cada día, con ese nuevo veneno que me dan.

Agitado estoy, a punto de quebrarme,
de venirme abajo, desgarrado por un sollozo agrio
que sujeto torpe en mi gaznate,
simulando ser mucho más hombre de lo que soy.
Le tiento el hombro, el que tirita soy yo.
Él, me mira y me asevera
__ ¡Me curaré!
He de limpiarme las dos lágrimas
y resistir el resuello convulsivo.

Vehemente, una voz conocida
se escucha desde el otro
extremo de la barra,
anunciando con onda trémula,
¡Vamos a celebrarlo ahora! 
¡Mozo, sírvenos unas copas!

Con el corazón en los labios
Lo mojo con el jugo del vino
¡Por ti Alejandro!










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