jueves, 5 de mayo de 2016

Festival de Abril en Massalleras



Sábado nublado, encapotado y feo. El paraguas aparece en escena a primer hora del día para resguardarnos del agua venida del cielo.

Absolutamente todo y cuando escribo este absolutismo:"todo", es porque hemos pensado hasta el último de los cuadros que se nos pueden presentar a lo largo del festival, imponderables que se dan sin llegar a imaginarlos y fatalidades que son preámbulos a las ya conocidas razones, a los derivados de la fatalidad por llamarles de alguna forma y no pecar de ignorancia. Las consabidas e impenitentes: leyes de Murphy.


Los amigos colaboradores, los incansables voluntarios, los inmejorables ayudantes, los indesmayables de la junta, estuvieron haciendo piña hasta el final de los acontecimientos.





Todo el valor que tienen los arriba nombrados, y jamás pagados dignamente, esforzados reconocidos que en silencio y sin brillo hacen su labor callada para que el conjunto luzca como todos queremos. Gracias a su coraje y empuje. Un abrazo para estos amigos.


Meses de preparativos, de atrevimiento, y de análisis para que un nublado, un riesgo inesperado, ¿nos amargue?





No cabe en mí; tono de sugestión, ni en el de mis compañeros que han sudado tanto o más que yo, con este Certamen.




Ha de salir perfecto. Nuestros seguidores se lo merecen, y no digamos los artistas invitados, la "peña" que sigue incondicionalmente en los autocares, todas las salidas  que se programan, nuestras familias, amigos y también aquellos que aún se quedan sorprendidos por nuestro habitual devenir.

Programando y disponiendo diversiones, actos culturales, presentaciones de cultura, arraigo de nuestros pabellones de arte, inauguraciones de certámenes y cualquier modo escenificado relacionado con la cultura. Sin olvidar las excursiones que organiza nuestro grupo de la Muntanyeta.

Dificultades como el natural siempre surgen en el momento. A pesar de haber o previsto casi todo. Los ensayos y en control de sonido no se pudo gestionar por la mañana, debido a una entrega de diplomas que ofrecía la escuela de músicos, lo que nos hizo retrasarlo hasta primer hora de la apretada tarde.

Todos tuvimos que correr desde las tres de la tarde del sábado 30 de abril, algunos no pudimos almorzar con tranquilidad ni relajo por tener que estar presentes en este o aquel lugar.

Entre bastidores, dirigiendo, en los aledaños de los camerinos, dando ayuda a los artistas, con la recepción de los actuantes y sus necesidades perentorias, que en algunos casos y también hay que referir son del todo caprichosas, el acomodo de los espectadores en el interior del teatro.

Todo un mundo cuando está por hacerse o faltan detalles de bulto. Fue transcurriendo pausadamente los prolegómenos antes del comienzo.

El regidor andaba loco, por ganar tiempo al tiempo y dar comienzo al espectáculo a su hora. Las voces de algunos de los espectadores; gracias a Dios lo menos, que como todos sabemos quieren tener razón siempre, se alzaban por alguna causa que a ellos no les convenía, hasta que la razón les daba la pauta para que guardaran el mínimo de urbanidad exigida, reconociendo que estaban dentro de sus propios errores.

¡Luces! Se oyó una voz potente que nos sorprendía a todos en los fosos del escenario.

¡Comienza!

Los focos se apagaron quedando una candilejas que de resquicio daba paso al inicio. Un telón cansado que no se abría, y una voz que surgía por entre el rumor zumbador de la palabrería perezosa, de aún; alguna parte del público que no se había acomodado con suficiente preferencia, por aquello de la tardanza.

voz de presentación

De pronto aquel telón tedioso, se comenzaba a correr a lo ancho, dejando la perspectiva cejuda por la poca luz ambiental. ¡Pronto el speaker gritó!

_ ¡No se me queden tristes que esto no va de ese palo! Esperando el aplauso que no tardó en llegar, desde el estrado. La música emprendió un camino ligero. Una guaracha se escuchaba claramente. Con música de salsa, prestada por el Gran Combo de puerto Rico, y con letra de un poeta, arreglista y guionista de la casa, que compuso el mensaje consagró a los allí presentes, por su elección dejando desparramaran sus cuerpos, sobre la butaca que ocupaban para disfrutar del primer envite.

película del entrance.

El primer actuante fue Pier, que cantó cuatro canciones. Absolutamente ideal; su interpretación, ayudado por los jaleos del respetable, nos hizo gozar, con sus románticos sones y con sus merengues, acabando con sendos boleros que encumbró de sus asientos a los creyentes en la música de  alcoba, y en las concordias de desafecto.


fotos de Pier



Le tocaba el turno al romanticismo, a la sutileza, al estilo y a la suavidad. Viviana del Pilar, cantante reconocida, con una voz singular que desgarra la pasión y la deja inerte para que la recoja el necesitado. Presencia y galanura, de la actriz y cantante. Emocionó al principio con canciones conocidas por el respetable, y después con su repertorio exclusivo y perfecto. Acompañada por un pianista excelso, repartió felicidad a borbotones en el gran teatro Massallera.




fotos de Viviana











El speaker saltó a la escena, presentando al siguiente artista: Poniente, un cantor de los que llevan implícita su condición de comunicador, de estrella con luces propias, con presencia escénica y una juventud desbocada, que derrochó sin remilgos sobre el entarimado.



fotos de Poniente.












Se llegó a la media parte


Comienza de nuevo el espectáculo, dando la bienvenida a los espectadores que han dejado sus localidades para ir a tomarse un cafecito al bar de las instalaciones de Can Massallera, que de buena forma nos habilita al final del espectáculo a darnos una cena frugal a cuantos se hayan interesado por su lista de bocatas y de ensaladas.

El primer invitado que sale es un rapsoda fenomenal, perteneciente a la Asociación de Poetas de Cornellá y de Semillero Azul, que les hace una parodia a los dos homenajeados Omella y Marisol, responsables de cuanto se celebra, y que ha basado su composición en detalles personales del propio matrimonio, haciendo gala de sus tablas encandila al respetable y como no a ellos mismos, los cuales se funden en un abrazo fraterno al final  de su comedia.



fotos de Gabriel y del homenaje








La hora de Ana Sánchez, llegó rompiendo estrépitos y haciendo antesala al tronío de una cantaora de autenticidad, de esas que llevan el talento entre el corazón y el cerebro. Saliendo al paso de su actuación con una ranchera. Apareció el brío, el arte, la fuerza, la rumba, el cuerpo y su voz. se pasó sobre la marcha al puro folklore pidiendo permiso a su clase y a su amigo Toni, que al final compartieron escenario en unas grafía artística de dos fenomenales cantantes, con dos voces de firmeza y densidad contrastada.





fotos de Ana Sánchez








Etapa final





Toni Torres, el mejor en su género, decir que Toni pues que fue aclamado por su actuación por bordar el contenido. Comenzó su actuación con canciones de Raphael, y se llevó al público donde quiso. Cambió al ritmo de las canciones de Nino Bravo, y espectacular , su recorrido con el repertorio del astro valenciano. 


Tocó otros palos, con Manolo Escobar y sus fandangueos, de canción ibérica. Aparecieron los arpegios y las partituras de los grandes de la copla, Rafael Farina y Antonio Molina.





Un lujo en el escenario y fuera de él.



El respetable se rompió en agasajos y parabienes.




El encuentro en Massallera con los músicos en homenaje la gente de la Muntanyeta, ha quedado como historia, sin embargo todos los que pudieron presenciar el estupendo concilio recordaran: Amistad, cariño y arte.

















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