sábado, 16 de abril de 2016

El wáter cósmico_ La excusa de Don Quijote

Viene del capítulo anterior: Solo sexo si es pòsible


Nueva entrega: 


Aquel certamen de presentación en el Gallo, había sido un clamoroso y vistoso reality show, que puso en marcha a diferentes cadenas de televisión del país, buscando a los representantes de la firma Schissen, para poder llevar aquella innovación a las noticias y curiosidades, dándolo a conocer a los habitantes de Managua, como primicia en América Central.

Los intereses que había abierto el accesorio lava culos eran del todo atractivos, una amplia ventana se posibilidades productivas, higiénicas y técnicas, quedaban al abasto de los más espabilados, para desde esa iniciativa patrocinar al producto y poderlo mercantilizar por toda la franja Pacífico.

Muchos interesados en la puja para quedarse con las necesarias franquicias del escandaloso Schissen Lecker; con ello los permisos y aranceles para su distribución y colocación general, se harían de rogar.
Así con todo, los vendedores del Cósmico, estaban de enhorabuena, como los actores responsables del meneo, que no eran otros que: Anguela, Natalio y Jürgen,  jefazos y conductores de cuantos negocios se hicieran.
No quedaban atrás los animadores de reparto en la teatralización, que habían conseguido un prestigio, a la vez que aumentaban sus cachés de trabajo.
Se había inventado una plataforma diferente para anunciar productos de consumo al gran público, dejando en el pensamiento del consumidor una necesidad de adquirir aquello que se publicitaba con urgencia. Una premura de adquisición compulsiva sin el clásico arrepentimiento de la compra.

Carla y Cándido, estaban locos de alegría, en uno de los aposentos del Hotel Los Robles, donde habían pasado la noche durmiendo en la misma pitra y casi disfrutando de todo lo bueno que les deparaban las últimas horas. 
Carla, amparaba a Cándido, tras haberle contado éste, su relación con Natacha. Su ex mujer, que ahora salía de presidio y exigía que la niña de ambos, su hija Olga; volviera con ella, entre otras adversidades y exigencias.

Habían follado toda la noche, tras haber aparcado los problemas fuera de su cama. El cansancio que llevaba junto con los nervios de la actuación, sumado con las trabas que le llegaban desde Sabadell a Cándido, le auparon en positivo el morbo conseguido con Carla, en una noche profunda y oscura.

Consiguiendo un placer enmascarable, sin poder conciliar el sueño, y montando a Carla una y otra vez, hasta que quedaron exhaustos sobre aquel tálamo de hotel, tan aséptico, como esnobista.
Aquella mujer policía, acostumbrada a pasar las noches en vela, desasistida y muy caliente, encontró en Cándido un remedio que esperaba de él;  de un momento a otro.
Despertaron felices y tras un nuevo apareamiento menos riguroso y algo más fugaz, entraron juntos al baño para seguir haciéndose jeribeques, palpamientos y fricciones, hasta poner la prisa como excusa y apañárselas para llegar a tiempo al desayuno.

Bajaron a los salones del bufete libre del Hotel, para degustar el desayuno sin ningún agobio, dándose el tiempo necesario para regocijarse ampliamente de aquellos momentos, que la vida les regalaba como antesala de posibles y seguras complicaciones futuras; charlaron de los imponderables del momento y de cuanto se les venía encima. Asiendo los toros por los cuernos.
Carla, que realmente es la que notaba la preocupación de su pareja, comenzó a rezar sus tribulaciones con mucha calma.

_ Cándido_ le dijo; yendo directamente al grano sin cortapisas ni preámbulos, mientras amablemente el asistente del bufet les atendía para servirles el desayuno elegido. Se mantuvo quieta y callada mirando las facciones de Cándido, la guapa criminalista, mientras se retiraba el camarero una vez dejó el apetecible bocado sobre el tapete blanco de la ovalada mesa.

_. Antes de emprender una aventura los dos unidos_, hizo una nueva pausa repentina para volver con el argumento_ ¡Antes de liarnos!, debería decirte que yo estoy dispuesta a ir contigo allá donde decidas. Con alguna condición, que espero comprendas_ Volvió a retocarse el flequillo, tirándose el cabello hacia atrás en un gesto acostumbrado para que le dejara la frente amplia y ver mejor el horizonte.

_ Estoy en activo, soy una mujer emprendedora, quiero ser feliz y tengo un hijo, creo que es suficiente justificación para que te hable con toda mi sinceridad_. Mi vida se transcribe a cumplir con mi ordenación en la Comandancia policial de la capital de Managua, pero en cuanto al trabajo puedo desempeñarlo, o posponerlo con una excedencia. Lo que me ata realmente y me condiciona es mi hijo. Aunque bien es verdad, que desde que lo tuve, y con la ayuda de mis padres, lo vamos criando como podemos.

Todos nos hemos de apañar,  y adaptarnos y si no;  lo corregimos sobre la marcha. Con los errores que hemos cometido durante nuestra vida, tenemos que apechugar y aunque nos hayan avisado, y lo han hecho muchas veces_ convenció con su movimiento de cabeza_, de lo que nos puede suceder, creemos que lo sabemos todo; hasta que nos llegan los resultados inexcusables de las sorpresas que no creímos cuando nos lo advertían. ¡O sea Cándido!, nos jodemos cuando nos toca. Otra pausa más enérgica, hizo para continuar en el uso de sus predicciones, sin dejar pronunciar palabra al mágico Cándido, que quería justificar o aplazar algún empeño_. Por qué te digo esto, preguntarás.
Sin dejarle entrar al trapo, siguió tapándole los labios con su índice, _ Pues porque te veo flojo, y queriendo buscar alguna excusa para dejarlo correr todo y creo que eso no es lo que pretendemos, ¿verdad?

_ Estás muy equivocada Carla_ Adujo Cándido después de haber esperado su turno una y otra vez sin fortuna_ Podríamos formar una familia, allá donde decidamos, con mi Olga, y tu hijo el muchachito Trevor; comenzando  desde el principio; de nuevo con ellos por delante y así formar nuestra familia, para intentar ser felices.

_ Hablas con el corazón o es una estratagema española, para desviar la atención, seguir fornicándome por las noches tan a gusto y después, contarme la excusa de Don Quijote_ le replicó Carla, esperando una impugnación directa y muy clara.
_ No es pretexto. Lo vengo pensando hace días. ¡Te quiero!, y no voy a dejar que te escapes, resolviéndole las miserias a los criminales de este pueblo. Me vuelvo a España y os venís conmigo, tú y Trevor.

Fueron interrumpidos por una visita en la mesa del refectorio, por Mechthild y Manolo cuando llevaban medio desayuno tomado, sin embargo fue una presencia agradable y pospusieron con alegría aquel tema de conversación, para atenderles con mucha educación.

_ Nos disponíamos a desayunar ahora, _ ¿Podemos acompañaros?_  preguntó Manolo, con mucha cortesía mirando a los ojos de Cándido, que era al que le interrumpieron en el uso de la palabra.

_ Faltaría más ¡Manolo y Miche!, ¡Que alegría!;  sentaros, con nosotros, aunque ya llevamos la mitad del cafecito consumido_ dijo Carla, muy cordial.

La pareja recién llegada se sentó en las sillas libres de aquella mesa, ocupando Mechthild el lado de Carla, abrazándose ambas en un sentimiento común muy cariñoso y dejando que Manolo se sentara frente a ella, entre su amiga y su acompañante.
El camarero abordó a los recién llegados; preguntándoles si querían el midi "dejeuner" o preferían le "complet du Monde".

Eligieron de la carta y siguieron con la charla. Se abrazaron con mucha ternura; Mechthild a Carla, y tocándola en el antebrazo, como diciéndole con toques verbales en el cuerpo, todo el agradecimiento que le dispensaba, por aquellas gentilezas que debía retornar por todo el trajín mantenido con la llegada de Manolo.

Carla en un detalle que le honraba y quitando importancia a lo que ella pretendía, la estrechó de la muñeca derecha, y le hizo un mohíno con dulzura, pretendiendo que desistiera su amiga de tanto reconocimiento, en un acto que carecía de protocolo.
Manuel, muy directo y sin medias tintas preguntó a Cándido indagando en los ojos de Carla

_ Estáis liados ¿verdad?, ¡Bueno entiéndeme; no quería ser grosero. ¡Estáis juntos como pareja, ¿veo? y además felices; ¿Me equivoco?.

_ Pues, así es_  sentenció la criminalista. Vamos a ver qué tal se nos dan las cosas, pero nos entendemos de momento. No nos conocemos apenas. Estamos muy contentos y enamorados. Nos pasa como a ustedes, pero si es verdad, que vamos a iniciar una travesía sería; muy pegaditos.

_ No sabes lo que me gusta escuchar esas palabras Carla_ adujo sin reserva su amiga Miche. Parece que nos quedamos con españoles, y que felices ¡¿No?!





Continuará

To be continued.....


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