Viene del capítulo anterior: Solo sexo si es pòsible
Nueva entrega:
Nueva entrega:
Aquel
certamen de presentación en el Gallo, había sido un clamoroso y vistoso reality
show, que puso en marcha a diferentes cadenas de televisión del país, buscando
a los representantes de la firma Schissen, para poder llevar aquella innovación
a las noticias y curiosidades, dándolo a conocer a los habitantes de Managua,
como primicia en América Central.
Los
intereses que había abierto el accesorio lava culos eran del todo atractivos,
una amplia ventana se posibilidades productivas, higiénicas y técnicas,
quedaban al abasto de los más espabilados, para desde esa iniciativa patrocinar
al producto y poderlo mercantilizar por toda la franja Pacífico.
Muchos
interesados en la puja para quedarse con las necesarias franquicias del
escandaloso Schissen Lecker; con ello los permisos y aranceles para su distribución
y colocación general, se harían de rogar.
Así
con todo, los vendedores del Cósmico, estaban de enhorabuena, como los actores
responsables del meneo, que no eran otros que: Anguela, Natalio y Jürgen, jefazos y conductores de cuantos negocios se
hicieran.
No
quedaban atrás los animadores de reparto en la teatralización, que habían
conseguido un prestigio, a la vez que aumentaban sus cachés de trabajo.
Se
había inventado una plataforma diferente para anunciar productos de consumo al
gran público, dejando en el pensamiento del consumidor una necesidad de
adquirir aquello que se publicitaba con urgencia. Una premura de adquisición
compulsiva sin el clásico arrepentimiento de la compra.
Carla
y Cándido, estaban locos de alegría, en uno de los aposentos del Hotel Los
Robles, donde habían pasado la noche durmiendo en la misma pitra y casi
disfrutando de todo lo bueno que les deparaban las últimas horas.
Carla,
amparaba a Cándido, tras haberle contado éste, su relación con Natacha. Su ex
mujer, que ahora salía de presidio y exigía que la niña de ambos, su hija Olga;
volviera con ella, entre otras adversidades y exigencias.
Habían
follado toda la noche, tras haber aparcado los problemas fuera de su cama. El cansancio
que llevaba junto con los nervios de la actuación, sumado con las trabas que le
llegaban desde Sabadell a Cándido, le auparon en positivo el morbo conseguido
con Carla, en una noche profunda y oscura.
Consiguiendo
un placer enmascarable, sin poder conciliar el sueño, y montando a Carla una y
otra vez, hasta que quedaron exhaustos sobre aquel tálamo de hotel, tan
aséptico, como esnobista.
Aquella
mujer policía, acostumbrada a pasar las noches en vela, desasistida y muy caliente, encontró en Cándido un remedio que
esperaba de él; de un momento a otro.
Despertaron
felices y tras un nuevo apareamiento menos riguroso y algo más fugaz, entraron
juntos al baño para seguir haciéndose jeribeques, palpamientos y fricciones,
hasta poner la prisa como excusa y apañárselas para llegar a tiempo al
desayuno.
Bajaron
a los salones del bufete libre del Hotel, para degustar el desayuno sin ningún
agobio, dándose el tiempo necesario para regocijarse ampliamente de aquellos
momentos, que la vida les regalaba como antesala de posibles y seguras
complicaciones futuras; charlaron de los imponderables del momento y de cuanto
se les venía encima. Asiendo los toros por los cuernos.
Carla,
que realmente es la que notaba la preocupación de su pareja, comenzó a rezar
sus tribulaciones con mucha calma.
_ Cándido_
le dijo; yendo directamente al grano sin cortapisas ni preámbulos, mientras
amablemente el asistente del bufet les atendía para servirles el desayuno
elegido. Se mantuvo quieta y callada mirando las facciones de Cándido, la guapa
criminalista, mientras se retiraba el camarero una vez dejó el apetecible
bocado sobre el tapete blanco de la ovalada mesa.
_. Antes
de emprender una aventura los dos unidos_, hizo una nueva pausa repentina para
volver con el argumento_ ¡Antes de liarnos!, debería decirte que yo estoy dispuesta
a ir contigo allá donde decidas. Con alguna condición, que espero comprendas_
Volvió a retocarse el flequillo, tirándose el cabello hacia atrás en un gesto
acostumbrado para que le dejara la frente amplia y ver mejor el horizonte.
_ Estoy
en activo, soy una mujer emprendedora, quiero ser feliz y tengo un hijo, creo
que es suficiente justificación para que te hable con toda mi sinceridad_. Mi
vida se transcribe a cumplir con mi ordenación en la Comandancia policial de la
capital de Managua, pero en cuanto al trabajo puedo desempeñarlo, o posponerlo
con una excedencia. Lo que me ata realmente y me condiciona es mi hijo. Aunque
bien es verdad, que desde que lo tuve, y con la ayuda de mis padres, lo vamos
criando como podemos.
Todos
nos hemos de apañar, y adaptarnos y si
no; lo corregimos sobre la marcha. Con
los errores que hemos cometido durante nuestra vida, tenemos que apechugar y
aunque nos hayan avisado, y lo han hecho muchas veces_ convenció con su
movimiento de cabeza_, de lo que nos puede suceder, creemos que lo sabemos
todo; hasta que nos llegan los resultados inexcusables de las sorpresas que no
creímos cuando nos lo advertían. ¡O sea Cándido!, nos jodemos cuando nos toca.
Otra pausa más enérgica, hizo para continuar en el uso de sus predicciones, sin
dejar pronunciar palabra al mágico Cándido, que quería justificar o aplazar
algún empeño_. Por qué te digo esto, preguntarás.
Sin
dejarle entrar al trapo, siguió tapándole los labios con su índice, _ Pues
porque te veo flojo, y queriendo buscar alguna excusa para dejarlo correr todo
y creo que eso no es lo que pretendemos, ¿verdad?
_
Estás muy equivocada Carla_ Adujo Cándido después de haber esperado su turno
una y otra vez sin fortuna_ Podríamos formar una familia, allá donde decidamos,
con mi Olga, y tu hijo el muchachito Trevor; comenzando desde el principio; de nuevo con ellos por
delante y así formar nuestra familia, para intentar ser felices.
_
Hablas con el corazón o es una estratagema española, para desviar la atención,
seguir fornicándome por las noches tan a gusto y después, contarme la excusa de
Don Quijote_ le replicó Carla, esperando una impugnación directa y muy clara.
_
No es pretexto. Lo vengo pensando hace días. ¡Te quiero!, y no voy a dejar que
te escapes, resolviéndole las miserias a los criminales de este pueblo. Me
vuelvo a España y os venís conmigo, tú y Trevor.
Fueron
interrumpidos por una visita en la mesa del refectorio, por Mechthild y Manolo cuando
llevaban medio desayuno tomado, sin embargo fue una presencia agradable y
pospusieron con alegría aquel tema de conversación, para atenderles con mucha
educación.
_
Nos disponíamos a desayunar ahora, _ ¿Podemos acompañaros?_ preguntó Manolo, con mucha cortesía mirando a
los ojos de Cándido, que era al que le interrumpieron en el uso de la palabra.
_
Faltaría más ¡Manolo y Miche!, ¡Que alegría!;
sentaros, con nosotros, aunque ya llevamos la mitad del cafecito
consumido_ dijo Carla, muy cordial.
La
pareja recién llegada se sentó en las sillas libres de aquella mesa, ocupando
Mechthild el lado de Carla, abrazándose ambas en un sentimiento común muy
cariñoso y dejando que Manolo se sentara frente a ella, entre su amiga y su
acompañante.
El
camarero abordó a los recién llegados; preguntándoles si querían el midi
"dejeuner" o preferían le "complet du Monde".
Eligieron
de la carta y siguieron con la charla. Se abrazaron con mucha ternura; Mechthild
a Carla, y tocándola en el antebrazo, como diciéndole con toques verbales en el
cuerpo, todo el agradecimiento que le dispensaba, por aquellas gentilezas que
debía retornar por todo el trajín mantenido con la llegada de Manolo.
Carla
en un detalle que le honraba y quitando importancia a lo que ella pretendía, la
estrechó de la muñeca derecha, y le hizo un mohíno con dulzura, pretendiendo
que desistiera su amiga de tanto reconocimiento, en un acto que carecía de
protocolo.
Manuel,
muy directo y sin medias tintas preguntó a Cándido indagando en los ojos de
Carla
_
Estáis liados ¿verdad?, ¡Bueno entiéndeme; no quería ser grosero. ¡Estáis juntos
como pareja, ¿veo? y además felices; ¿Me equivoco?.
_
Pues, así es_ sentenció la criminalista.
Vamos a ver qué tal se nos dan las cosas, pero nos entendemos de momento. No
nos conocemos apenas. Estamos muy contentos y enamorados. Nos pasa como a
ustedes, pero si es verdad, que vamos a iniciar una travesía sería; muy
pegaditos.
_
No sabes lo que me gusta escuchar esas palabras Carla_ adujo sin reserva su
amiga Miche. Parece que nos quedamos con españoles, y que felices ¡¿No?!
Continuará
To be continued.....
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