martes, 29 de marzo de 2016

Había dormido con ella

Viene de un capítulo anterior 
titulado:   Cataputas



Capítulo actual:  Había dormido con ella

_ De mi amiga Carla, ¿Qué te puedo detallar?_ le decía abiertamente a Manolo, que esperaba respuesta_ ¡pues todo! Absolutamente, puedo contarlo todo. Somos amigas hace mil años y nos tratamos y conocemos desde niñas. Nos hemos visto muchas encrucijadas, y reído ¡Ni te cuento!, nos entendemos a la perfección y es una mujer en la que puedo confiar.

Disfrutamos preparando tu llegada y urdimos lo que debía ser nuestro primer trato. 
Lo dispusimos y analizamos para que fuese un hechizo. La cita que marcaría toda nuestra vida, la más importante, que debíamos mantener tú y yo, a solas; sin intermediarios para conocernos de forma impactante_. Se detuvo Mechthild para llenarse los pulmones de aire y ordenar sus recuerdos y continuó_: ¿Creo que lo conseguimos, no crees tú? _ mantuvo el silencio mirando a Manuel, hasta que le notó la sonrisa en los labios, para proseguir_. Ella, Carla, mi amiga, desde su privilegiada posición investigó sobre ti y averiguó que eras un tipo fenomenal y genuino.
Buen perfil el tuyo y de honradez intachable. Me encanta que estés aquí, y nos queramos tanto

 _.Volvió a aseverar dubitativa, temblándole el labio inferior. Sin recibir de inmediato, señal de conformidad, por parte del preocupado Manuel, que tras un segundo de duda, reaccionó de momento, sonriéndole nuevamente a su chica con una expresión amplia, que acompañó con la serenidad del buen caballero, y le acercó la cara para besarla en los labios de manera calmosa.

_Pero mijito Manolo_ quiso ampliar con gracia la acción_, ya sabes cómo somos las Nicas, de guasonas y atrevidas. En verdad lo comenzamos como una galanura de mujeres, para ver que ocurría. Nunca imaginé que nuestro amor cuajara desde tanta distancia, sin vernos, ni tratarnos de forma directa.

Al saber a ciencia cierta, que venías para mi tierra, todo se aceleró y ahora estoy como una diosa, como nunca había estado y creo que te quiero de verdad, que vas a ser el amor de mis próximos años_. Matizó la entregada Mechthild Sröeder_ Para dar más garantías a su chico y que dejara de padecer.  Aún quiso continuar diciéndole a Manolo, detalles que no había revelado de su secreto y asentó.

_ Si tienes alguna pregunta, me interrumpes amor y te cuento lo de mi papá cuando llegó furtivo desde quien sabe dónde.

No le dio oportunidad a su enamorado en contestar, ni decidir alguna opción que no fuera la que ella disponía, y Mechthild siguió hablando de sus cosas, como si le hubieran dado cuerda.  Necesitaba explicar a Manuel, como solicitando un permiso de buena conducta de sus vivencias anteriores. Necesitando convencer de algo imponderable al hombre que había dormido con ella la noche anterior.

_ Llegado de Alemania, a finales de los años cuarenta, huyendo de la turbación Nazi, recaló en Nicaragua, nadie sabe a ciencia cierta cómo alcanzó las costas de las playas. Además ha sido un capítulo que papá, jamás contó y si alguien osaba en preguntar alguna cosa sobre el tema, lo mejor que hacía es marcharse a otro lugar con malos modos.

No se le conoce más familia que la nuestra, jamás recibimos noticias de sus parientes, ni de nadie que le buscara. Nadie absolutamente allegado le escribió, ni sabemos nada de sus padres, desconocemos si tuvo hermanos. Lo que se dice nada, absolutamente ningún dato. Jamás quiso explicar detalles sobre el tema. Era muy suyo y además el orgullo, fue su defecto.

En su juventud debió ser muy aplicado y por esos estudios superiores, que decía tener y nadie puso en duda_ serán ciertos_, supo forjarse un futuro.

Una vida silenciosa y secreta, que estoy segura es difícil de sobrellevar_. Hizo un gesto, cambió las piernas de posición y le dio un pico en los labios a Manolo para seguir diciendo.
_Mamá, después de mucho preguntarle, jamás me complacía;  como respuesta, siempre derivaba la interpelación a otros lugares y aquella interrogación se quedaba por dilucidar_ entre pensamientos y gestos relataba aquella casi amargura_, lo recuerdo perfectamente, lo hacía cuando yo era chiquita.

Siempre eché de menos una infancia como tuvieron las demás niñas. El poder explicar con la alegría infantil la profesión de mi padre_ aclaró con gestos graciosos_ unas decían carpintero, otra ferretero. Detalles que no son de altura, pero que entre las niñas se hacen para engrandecer a ver quién puede más a los suyos. Pinceladas de sus abuelos, si son viejitos, si son graciosos, si les pasean, si les miman, cuando tienen fiebre o las lleva al lago de paseo.

En fin preguntas y dudas de chavales, interrogantes que cuando eres chiquita necesitas que te repitan una y otra vez. El ansia por querer saber y de dónde vienes; ya sabes_. Invitó a Manolo, como si él pudiera darle respuesta_. Madre, nunca abrió la boca para contar de mi papá. ¡Jamás!  _ (hablaba entre pensamientos) _ y prosiguió rumiando en lo que su madre le detalló, en un entretanto inesperado_: Me contó que papá llegó embarcado hasta Panamá, en un carguero Argelino que ascendía el Pacífico desde el Cabo de Hornos, subiendo hasta Valparaíso en Chile y rumbo norte navegando. Atracando en varios puertos de la ruta para descargar trigo y cargar frutas tropicales. A la altura de: Isla Ladrones,  que se encuentra frente a la bahía de Panamá, desembarcó papá, mezclado con algunas personas de etnias diferentes de forma inexplicable, sin tocar ni siquiera el puerto. Fueron desalojados en un pontón de auxilio y el mercante siguió rumbo norte, supuestamente hasta Acapulco en México.

Continuó Mechthild refiriendo la historia que le contó su madre y en un instante de reflexión_, recalcó, matizando la guapa mujer_. Lo raro, es que abandonara el trayecto en sitio tan inusual. Prácticamente en alta mar, sin ayuda Panameña, saltando con gomas de salvamento a cinco millas de la costa. Después, con el tiempo_, siguió argumentando Miche_ estos datos me los confirmó Carla, y dado que su trabajo;  es competencia en la Seguridad Nacional, a petición mía, y como un gran favor secreto, hizo una especial y ardua averiguación sobre los hechos, quedando confirmados, sin poder extenderse en las circunstancias ya que todo estaba bajo los clásicos secretos de estado.

De algo desertaba, con o sin razones, pero su vida fue siempre tras lo oculto, tras lo inexplicable. Huyendo de aquellas playas, viajó clandestinamente hasta el país. Teniendo que atravesar toda Costa Rica, hasta llegar a Nicaragua, con pasaportes falsificados desde Alemania, fechados en Múnich _, eso me dijo mi madre, pero ella que sabía_. Se estableció en Tipitapa, ya en Nicaragua y tuvo que curar unas fiebres de Malaria, que por poco se lo llevan.
Al poco se casó con mamá, que era hija de un responsable de la firma de Pacto del Espino Negro.


Nunca se abrió mi padre a la gente, siempre tuvo desconfianza, por lo que imaginábamos estaba buscado por los agentes del Mosad, aquellos que proliferaban por Bolivia y Argentina, buscando alemanes evadidos, que se escondieron y refugiaron en países de América del Sur. Huyendo del juicio de Núremberg. Todos ellos condenados a las penas más graves por las atrocidades que habían hecho en Europa, a tantos judíos y gitanos.


Continuará
To be Continued....







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