Mi corazón dejará de
latir
en los próximos
cincuenta minutos.
el reloj del túnel,
marca la una.
El quirófano espera.
Me llama impaciente.
Pronto llegaran las dos
menos diez
la hora más cruda
ahora son la una y diez
en punto
como corre el tiempo
estoy calmado
raro en mi, tan nervioso
como soy,
el tic tac en mis venas
detiene
la incertidumbre.
Me queda poca vida
aún tengo aliados
alrededor
que me observan y sí,
comentan al revés de lo
que piensan,
creen que ya estoy muerto
que ya no me doy cuenta
del momento
me compadecen.
lo veo.
El cirujano viene a
visitarme
quiere conocerme como
soy
tiene prisa, se mira el
reloj
sonríe para que confíe
en él
aunque sus manos
tiemblen.
Duda que pueda soportar
el
trance
su reloj de oro, marca
la una y
dieciséis minutos
Se para frente a mí,
relee el informe,
y comenta que no ha de
perder mucho tiempo
será un paseo por mi
corazón,
Todo irá bien
Yo no las tengo todas.
La una y cuarenta
y cinco de la tarde
nada más cinco minutos
que largos son, ya me
despido.
Estoy calmado
raro en mi, tan nervioso.
Pasa por mi cabeza todo,
metódico, sin falta,
rápido, del principio y al fin,
ya
no me conozco
He empezado a rezar sin
condiciones
algo debe haber en el
más allá
quiero creerlo ¡Sí!
¡Debo creerlo!
Ya estoy desnudo entro
al quirófano,
noto el rodar de la
camilla,
no me noto a mí, y vibro
y tiemblo
Menos diez,
narcótico
El escalpelo palpa y
abre el pecho
Es hora
la sangre brota
¡Estoy muerto!
De repente, y al fin,
¡No!
Del zarandeo, muy despierto
¡Qué sacudida! ¡Dios!
El sopor de sofá
desconcertante
No hay sangre, estoy
entero
¡Sigo vivo!
¡Estaba soñando!
Dios del alma,
¿Qué
hora es?
1 comentarios:
¡¡Ufff, por Dios, qué susto!! Pensé de verdad que estabas en el quirófano, menos mal que solo ha sido un sueño. Feliz vida y feliz trabajo por muchos años amigo mío.
Publicar un comentario