miércoles, 29 de abril de 2015

La punzada




Una noche muy cerrada
tras una cena frugal
aquel padre informaba
de su punzada fatal.

Relámpagos en el cielo
en la tierra y en el mar,
sollozos se presentaban
a la madre sin tardar.

Todos quedaron quietos
los hijos en especial,
lágrimas en las mejillas
cuando contó la verdad.

Se levantó de la mesa
y con su altura sin par,
manifestó unas tonadas
tuteladas sin pensar.

Alzó su cabeza al aire
y rígido en su plantar,
mirando a su cielo bravo
se dejó sugestionar.

Sincero seré contigo
es más, ¡no quiero engañar!
Sabes que todo lo cuento
y tú,  lo comprenderás.

La lengua tengo mordida
por aguantar y callar,
la procesión va por dentro,
como carro en pedregal.

Mi corazón no trabaja
como debiera intimar
hay días que no vislumbro
debiendo reaccionar.

Todo es una fantasía,
todo es algo especial,
todo es tiempo que me falta,
todo es poco y ya no hay más.

Por eso lo tengo claro,
yo no puedo estacionar
los abrazos que pretendo
con amigos y demás.

Comprendo que nadie sabe
cuando tendrá que marchar,
el taxi con plazas libres,
jamás se atreve a informar.

Aparece por tu puerta
sin tiempo de regular,
esos besos que quisieras
con estrujón entregar.

Todo es una fantasía,
todo es algo especial,
todo es tiempo que me falta,
todo es poco y ya no hay más.

Los que estamos avisados
ya marcamos el compás,
aunque a veces olvidamos
que taxi nos llevará.

El miedo ya se ha perdido
quizás no existió jamás
aunque no seas valiente
tu garbo te asistirá.

Igual un sexto sentido
aunque extraño llegará,
y dejarnos muy tranquilos
para el viaje espacial.

Todo es una fantasía,
todo es algo especial,
todo es tiempo que me falta,
todo es poco y ya no hay más.



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