sábado, 7 de febrero de 2015

Sin despertar _ segunda parte





Viene de la entrega anterior
capitulo de hoy: Aqui la muerta no está


A primera hora Eddy, hizo la llamada pertinente al cabo de la policía meridional el cual por teléfono, de una forma muy sutil y sofisticada, sin llegar a decir ni a pronunciar la palabra muerte, pudo informarle del sucedido, ya que solo informan en persona de casos graves como el que les ocupaba.

Sin embargo, ¡Sí! le ofreció cierta información para que se personara en el tanatorio de la ciudad, donde allí le ampliarían lo sucedido y podría ver si el cadáver de Magda, correspondía realmente con su pariente.


_ Buenos días, soy Eddy Decanto.  Vengo de parte de la brigada, en referencia a una persona que trasladaron ayer difunta, que encontraron sin vida en su domicilio de la calle Yerterday, de esta ciudad.

_ No señor, ¡aquí no está!, deberá ir a la Ciudad de la Justicia y en el Anatómico Forense, podrá verla, ya que siempre pasan por allí, antes de recalar en esta institución los fallecidos en condiciones anormales.
_ Perdone, pero a mí directamente me envían de la comisaria de Gracia y me aseguran que el cuerpo de Magda, está depositado en estas instalaciones. Que entró ayer a las cuatro de la tarde aproximadamente.

Aquel subordinado, con cara de pocos amigos, miró en las anotaciones y entró en el sistema interno de recepciones con muy pocas ganas, desde la pantalla de su ordenador a mirar los últimos cadáveres recibidos, meneando la cabeza en señal de disconformidad y con la poca simpatía que había demostrado desde el comienzo de la atención solicitada por Eddy.


_ Como le digo_ afirmó muy seguro el empleado de la funeraria_, Aquí no ha llegado nadie, con ese nombre y desde el lugar que nos indica, por lo que deberá desplazarse hasta el lugar donde le digo, y allí verá usted como da con el cuerpo que usted busca para reconocer.

Está en la Ciudad de la Justicia_ siguió informando el profesional, ya más puesto en su papel de auxilio_, y es allí donde le indicaran que trámites ha de hacer para poder acceder a él. 

Es práctica habitual que vayan directamente allí_ volvió a repetir el tipo del traje negro, con mucha seguridad_ Además piense usted que debe ser así, ya que allí es donde les practican las autopsias y los preparan.

Con un plumazo y sin averiguar más detalles, se quitó de encima al afectado, tomando éste el camino de esa ciudad, que la denominan: justicia.

Salió a la calle y más que llover, lloraba alguien desde el cielo, por la fuerza y la cantidad de agua que soportaba el pavimento, que sumada al frio intenso de aquella mañana de febrero, daba una imagen de desánimo y de tristeza que echaba hacia atrás al más aventurado.

El metropolitano de nuevo hacia de plataforma de partida, línea roja hasta la parada de España, el enlace de transbordo con el transporte que le dejaba a unos metros de aquellos inmensos pabellones de una construcción no muy lejana, donde se dirimían todas las trifurcas y los líos de leyes de aquella gran urbe. La Ciudad de la Justicia.

Al entrar tuvo que depositar todos los enseres que llevaba consigo, en las bandejas de contenido: reloj, correa del pantalón, llaves, y objetos metálicos para que las pasarelas lo pasearan entre los equipos de rayos detectores de la policía. Mientras él se introducía por la zona de localización y franqueaba ese límite sin problemas, sin revelar ningún metal en su persona, acercándose a la mesa de información.
Una vez había recogido sus pertenencias y se había colocado la correa entre la presillas del pantalón para que este no se le cayera al suelo, y tosiera un par de veces para sentirse a gusto a si mismo, con su propio tono y su serenidad se acercó al mostrador donde estaban tres personas para atenderle.

_ Buenos días agente_ dijo Eddy dirigiéndose a una joven policía que esperaba tras el mostrador para ofrecer ayuda.

_ Muéstreme su documento de identidad y en que puedo ayudarle_ comentó la agente, con voz de canto

_ Estoy buscando a una persona, que ingresó cadáver según me dicen ayer tarde sobre las cuatro y que tiene por nombre_ acercando el informe y el documento nacional de identidad a la empleada _ en espera de la instrucción que necesitaba.

_ Es familia de usted, esta tal Magda. Según reza este documento, es...

_ ¡Sí! Es familia_ contestó Eddy, con naturalidad. Mirando los movimientos que hacía la empleada con las manos.

_ Pase a esa sala_ le ordenó, con su voz musical_, se puede sentar y en unos instantes, lo atenderán los forenses.

Eddy Decanto, se dirigió hacia la sala, acompañado de un agente, que le cerró la puerta en cuanto atravesó el umbral del acceso.

Pasaron veinte minutos largos, cuando se abrió la puerta y entraron en la misma dos personas, una doctora y su ayudante. La doctora se le reconocía por el demostrativo que llevaba en la solapa de su bata blanca y el ayudante por la posición que tomó en cuanto penetraron dentro de la sala.

_ ¿Quién y por qué le envían a usted a estas dependencias? Interrogó la doctora a Eddy

_ La policía regional, ha encontrado el cadáver de mi tía en su domicilio, muerta según me informan desde hace unas semanas y, me han indicado que fuera a la funeraria principal. 

Es allí donde me han enviado hacia ustedes, indicándome que ellos no reciben jamás, cadáveres para ser vistos y reconocidos, por familiares.

Adujeron que viniera a la Ciudad de la Justicia, que los empleados del Anatómico Forense, podrían enseñarme el cadáver, para reconocer si es ella en verdad, que no haya una confusión y estemos dando por difunta a una persona sin saber si es ella realmente.

_ Mire_ dijo la doctora_, es que nosotros no podemos mostrarles sin más el cuerpo inerte de nadie, sin estar seguros de que se trata de la persona que usted busca. Es la primera vez que nos ocurre un caso igual y no entendemos nada.

_ Lo comprendo, pero díganme que es lo que he de hacer ahora, me envían de un lugar a otro, precedido de una noticia luctuosa de la muerte de un familiar, quien me ordena es la policía, quiero decir que, tiene su peso. Sigo a pies juntilla, lo que me ordenan y cuando llego al final del trayecto ustedes me dicen que tampoco está la finada en este lugar.
Yo que puedo hacer, ¿volver a comenzar de nuevo? ¿Y repetir los mismos pasos?


_ Dígame, su allegado llevaba en la muñeca izquierda un reloj de ¿plástico color verde?

_ No lo sé. Puedo decirle de la misma, cabello corto, estatura media, entrada en años, tez europea, pero ignoro si llevaba un reloj de plástico en la muñeca.


_ Aquí tenemos un cadáver por identificar_ anunció de nuevo la doctora_, pero no corresponden los datos que me aporta usted, con los que nosotros poseemos, por lo que creo se trata de otra persona.
Como usted comprenderá nosotros no le podemos mostrar a nadie, sin estar completamente seguros de lo que estamos haciendo, por lo que supongo ha habido un error en todo este trámite, ¡Sígame! que veremos si lo podemos averiguar.


Acompañado de aquellas personas Eddy dejó la sala de espera y se quedó frente al mostrador de la ordenanza que al entrar le había tomado los datos de su personalidad.
Al cabo de unos minutos, tras la charla de la doctora mantenía con la comisaría, y con la empresa funeraria, optó por salir de su reservado con un documento donde estaba una dirección un teléfono y un horario, para informar sobre lo que Eddy debería hacer a partir de aquel instante.

_ ¡Señor!, aquí no está la difunta. Con certeza se lo adelanto, lo que no sé es donde puede estar, ahora usted por su cuenta, habrá de buscarla, ha de comprender que nosotros somos forenses y hacemos nuestro trabajo, pero ya no le podemos ayudar más.

Le entregó en mano un documento donde estaban una serie de datos  y le volvió a repetir con mucho agrado la doctora_ Aquí la muerta no está.




CONTINUARA.
TO BE CONTINUED 




1 comentarios:

Anónimo dijo...

PARA CUANDO LA SIGUIENTE ENTREGA? NIKITTA.

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