viernes, 26 de septiembre de 2014

Nada dura para siempre





Están mintiendo tus ojos
al escuchar ciertas voces,
reflejan lo que trasmiten
tu cobardía es enorme

Todo el oro no fulgura
opino, ya lo conoces,
la sinceridad radiante
se echa en falta desde entonces

Hierro de cerrojo plano  
permita abrir ese gozne
dejan la tranquera libre
a la niñez de la noche

La furia llega rabiosa
golpea mi alma noble,
descarga los cien pecados
esos que tanto conoces

Vientos de pena trajeron
tus gestos y sinsabores,
tu muñeca izquierda marca
ya se cumplieron las doce

Pena y llantos en la calle
cargan las venas del hombre.
La seca viene apremiando
su pecho difunto porten

Aves y fruta soñaban
vecinos y labradores,
dormidos en todo el mapa
y Cristo vele a los hombres

Aviso, a los que se mofan
y sepan, los que yo estorbe.
Giren esquelas con vetas
que el vasto mundo reboce

Siete días, siete mares
siete pecados innobles,
violaron los cristalinos
de tus pupilas miopes.

El cielo tenía fiebres
calenturas y ardores.
Tus mentiras eran tantas
que sobrepasaron bordes.

Cedan aquí las mujeres
permiso como los hombres,
que desde que el mundo es mundo.
Todo tiene aquí su nombre.


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