Viene
del capítulo anterior: Seísmo y Amor 1º
Aquel mes de mayo del año 2010, se celebraba el Primero de Mayo en sábado,
fiesta del Trabajo en el país, relajo total y descanso a gogó.
Hugo, no había logrado recomponer su situación emocional todavía, cuando
distraído en el mismo punto musical, observó fugazmente a alguien con el signo
de Libra, accedía a las esferas del chat.
Él ya había retornado de su viaje a Chile, tras intentar de todos los modos
y maneras conseguir encontrar a Nuria, aquella mujer sensata más conocida para
él como Libra signo.
Que en ese instante aparecía en su pantalla en la brevedad de lo que caduca,
alguien se hacía llamar como ella. Nuria Signo natural, en un visto y no visto,
sin dejar tampoco huella en el protocolo de la aplicación del chat
.
Accedió con premura a la página del chateo de la música chocante, al ritmo
caliente de las guarachas y los mambos, pero no fue posible volver a ver aquel
ítem que pasó por delante de sus ojos, en un visto y no visto.
Agotado, por los esfuerzos y su mala suerte en su jornada de búsqueda de
trabajo, el que perdió por llegar a Fredes cuando ya nadie le esperaba, fuera
de plazo. Los empresarios del restaurante tuvieron que buscar a otro camarero
pensando que Hugo estaba también “missing” desaparecido.
Quedó dormido en el sofá de su salón, frente a su ordenador justo a la
altura de sus ojos. Soñando con aquellos días de desbarajuste y de prisas, con
los nervios por encontrar a una aguja en el pajar más grande e inconcebible,
mientras mantenía en sus manos el ratón del PC y una taza brillante con medio
bourbon Jack Daniels.
A las pocas horas del tremendo desastre, cundió el pavor sobre los
damnificados y muertos que encontraban bajo los cascotes y en los escombros de
las esquinas, al remover tantos metros cúbicos de despojos. Sumado con todas
las desgracias que se cernían en Chile, derivadas de la tragedia, hacían que los
presagios fuesen ingratos y confusos y nadie pudiese entenderlos, si no se
residía en el país andino.
Hugo, no tenía para buscar a Nuria, ¡nada!
Ni direcciones físicas, ni relación con nadie que la conociera, no
poseía el nombre completo de la mujer que necesitaba hallar ni siquiera ciertas
realidades comentadas, podía creerlas como fehacientes.
Todo el tráfico de identidades en el cosmos de la red, no es lo que
aparenta, y se transportan muchos datos que no son de fiar. Por lo que Hugo
poco podía hacer, aunque hubiese ido a la embajada en España.
Le preguntarían por nombres y apellidos, dirección, residencia, y no podía
proporcionar datos de relevancia, ya que ni siquiera sabía cómo se llamaba
realmente la señorita bajo el pseudónimo de Libra signo.
Por lo que aprovechando unas vacaciones pendientes, se lanzó a su propia
aventura, arriesgándose a viajar sin resultados positivos. Lo calculó mientras
trabajaba y lo preparó todo allí en el restaurante la Taberna de Fredes para
solicitar los permisos y no hubo demasiadas complicaciones para obtener los días
de ausencia.
No sabía dónde dirigirse, únicamente le había comentado en una de sus
charlas que pertenecía a la región de Concepción, pero con Nuria la última vez
que contactó, aquella tarde noche del 27 de febrero, poco antes que fueran
interrumpidos por el seísmo, la señora estaba en Chillan, pasando unos días
festivos. Siendo ese destino el que en un principio destacaría.
_ Debo estar loco para hacer algo semejante_, pensó en sus adentros Hugo.
Mientras estaba en la agencia de viajes, Guía Castellón_. O quizás sea el
último eslabón que me queda antes de volverme loco. Necesito, un motivo para
sentirme vivo, algo donde pueda desgranar mi esfuerzo y conseguir aquello, que
necesito. Mejor motivo que buscar a la mujer que me gusta y que seguro ahora me
necesita, no hay_. Interrumpió el pensamiento, cuando la empleada de la
agencia, se interesaba hacia donde quería viajar.
_ ¿A Chile, me dice usted?
_ Sí a Santiago, y desde allí ver el transporte más adecuado para llegar
cuanto antes a la ciudad de Chillán_ comentó Hugo, mirando a su interlocutora a
los ojos, viendo la cara de interrogante que ponía.
_ ¿Sabes que ha habido un terremoto muy gordo?
_ Porque te crees que voy, he dejado de tener noticias de mi chica.
Estábamos conectados cuando todo se acabó, no sé, desconozco si está viva, o
pueda estar bajo los guijarros de su residencia.
_ Bien, no te preocupes_, dijo la empleada de viajes_, ya tengo toda la
documentación necesaria, deja que lo constate y te llamo para que la vengas a
recoger_, volvió a mirar a su cliente aquella dependienta, queriendo asegurar
que lo que hablaba era lo cierto y no habían yerros_. Los billetes, los has de
dejar pagados en cuanto los tenga, por ello te mando una llamada a tu móvil y
te pasas cuanto antes. Del hotel, nada, lo buscarás allí donde puedas, o donde
haya_. Prolongó con su comentario, la experta_. Según tú, vuelas ya mismo en cuanto se pueda.
Me refiero en cuanto esté abierto el tráfico aéreo.
_ ¡Así es! ¡Cuánto antes! Yo ya tengo los días festivos concedidos.
A los tres días de aquella reserva, salía desde el aeropuerto de Valencia, con
la compañía española Iberia rumbo al aeropuerto de Madrid Barajas para realizar
la primera de las dos escalas a la que estaba sometido en ese viaje.
Una vez en Madrid, transportado por la compañía Aeroméxico hasta el
aeródromo de Juárez, en México DF, con una duración de la escala de 18 horas
aproximadamente, enlazando desde ahí con otra nave de la misma sociedad, que lo
llevaba a Santiago de Chile, con una permanencia de escala de once horas minuto
arriba o abajo. A parte del trayecto en bus que debía hacer desde la terminal
“turbus”.
En más o menos tres días llegó Hugo a Chillán, tras enfrentarse a los
contra indicadores del retraso de llegadas y de los imponderables que tuvo que
sumarle al trayecto.
Fueron semanas de búsqueda agotadoras, de poco dormir, de llevar cuidado
con el pillaje que siempre existe, dada las condiciones existentes, de no tener
donde caerse muerto, de comer tarde, mal y poco. Llevar todas las pertenecías
encima de sí. Existiendo una higiene mínima, facilitadas las necesidades
habidas en la comarca.
Hugo recorrió, entidades gubernamentales, como la embajada española, el
comisionado de ciudadanos de Chillán, hoteles, albergues, casas de acogida.
Leyó y comprobó listas de heridos, de fallecidos. Ayudó hasta la extenuación a
todos aquellos que estando en la zona pudo, sumándose a las brigadas de
voluntarios para mitigar cuanto antes el duelo y el dolor producido en todo el
país.
¡Nada!
Ni asomo de Nuria, libra signo. Nadie la conocía, no había existido jamás
una mujer como aquella, la que mostraba en la única foto que poseía. Una mujer galana,
con una cascada de cabello sobre sus hombros rubio, y una cara blanca, tersa, suave,
que adornaba con unos labios carnosos bien construidos, bajo un tabique nasal
mínimo y unos ojos que podían deslumbrar a cualquier viajante despistado que se
fijase en semejantes faroles. Una altura prudencial para lo que se estila,
entre metro sesenta y metro setenta y tres de altura, buen porte, no demasiado
fina ni con estrías en la piel. Mujer bien formada, guapa hembra, que la
sostenían unas piernas largas y homogéneas que finalizaban en un pie de tamaño
proporcional a su altura y abarcaba con unos brazos recios, y vigorosos, dignos
de la mejor de las trabajadoras sociales, entrenadora de niños, profesora de
escuela.
Se la había tragado la tierra, o se supo esconder tan bien, para evitar los
daños colaterales, que Hugo, con unas ganas de encontrarla fuera de lo común no
supo hacerlo, después del casi mes y medio que duró su estancia en Chile. Hasta
que se le agoraron los medios, que volvió de regreso a la región Valenciana, a
su pueblo natalicio de Fredes en Castellón de la Plana.
Cuando despertó ¡Súbitamente! del sueño, fue porque la taza del bourbon se
había derramado encima de su pijama al caer al suelo y hacerse añicos, siendo las
cuatro de la madrugada en España, las doce de la noche en Santiago de Chile y
en la pantalla del ordenador personal, unos mensajes esperando respuesta que
decían:
Libra comenta
Hola, hola, hola, que tal desaparecido.
Todo bien, va todo ¿normal?
Libra comenta
Sabes las penas hay que dejarlas
la vida continua
contenta por lo que Dios me
regala cada día
lo demás no se sabe si vendrá….¿Dónde
has estado amigo?
Súbitamente después de leer, y no dar crédito a lo que estaba leyendo, se
incorporó al teclado y sin limpiarse el churrete de whisky ni recoger los
cristales del suelo del vaso que se había estrellado, comunicó:
Hugo dice
Hola amiga, que
tal, que gusto
Tras una espera de bastantes segundos y cuando ya creía que no sería
contestado, aguantando el desespero, recibió la siguiente explicación:
Libra comenta
Muy bien
Hugo dice
Desaparecida tanto
tiempo, sin saber de ti, te daba por muerta
poco más o menos. Recuerdas la última
conversación
Libra comenta
Como no lo voy a recordar, nos
separó el Seísmo
Hugo dice
Te he buscado por
tierra y mar, como no sabía de ti fui a Chile
no es fácil, no
pude dar contigo. Te había tragado la tierra
Libra comenta
Ni que lo digas, casi hubiese
sido mejor, que me hubiera tragado
¿De verdad, que has estado en
Chile? ¿Buscándome a mí?
Hugo dice
Cuéntame, no has
estado en Chillán, estuve más de un mes intentando
dar contigo pero ha
sido imposible. No tenia referencias para poder hallarte
y creía que estabas
herida, o ve tu a saber.
Libra comenta
Pero estoy viviendo y eso es
mucho ¡Créelo!
Hugo dice
Como te va la salud
Libra comenta
No va bien, por eso no he
escrito, ni he dado señales de vida, murió un
hermano querido y además tras
superar la supervivencia de este seísmo,
no estoy bien
Hugo dice
Siempre daremos
gracias al cielo por encontrarte de nuevo.
Tu hermano falleció
por causas del ¿Seísmo?
Libra comenta
No. Fue por enfermedad, nos ha dejado desolados a
todos
Hugo dice
No sabes cuánto lo
siento
Libra comenta
Bueno y tu como lo llevas
Hugo dice
Eso es lo que me
interesa saber de ti, porque me ha costado encontrarte
sin embargo, veo
que al fin podremos hacer algo bonito
Libra comenta
No lo creo, de verdad, llamo para
despedirme. Con mucha pena
pero he de hacerlo, no quiero que
tomes carrera y sea peor después
Hugo dice
La vida nos da
palos, pero, tendremos que ser coherentes y
vivir lo que
podamos con alegría
Libra comenta
Jajá eso si que fue muy acertado
y sincero de tu parte
Hugo dice
Dime qué te pasa y porque después de tanto
tiempo recibo ese modo tan
distante por tu
parte
Libra comenta
todo bien, de verdad
Hugo dice
No sé, ¿estás herida?,
si has enfermado, no sé nada
Libra comenta
Sabes, las penas hay que dejarlas
la vida continua
Hugo dice
Vas a contarme
algún detalle. Para valorar lo que tienes
Libra comenta
Podría estar peor pero con gente
tan linda que tengo cercana,
no es justo quejarme, debo
disfrutar
Hugo dice
No te entiendo
nada. Si vas a continuar con evasivas, ¡Cuelgo!
Libra comenta
Contenta de lo que Dios me regala
cada día. Lo demás no se sabe
si vendrá y tú si eres parte de esta partecita , muy
secreta de mi
pero no podemos seguir más
Hugo dice
Bien pues tu dirás,
sin tapujos ni engaños
Libra comenta
Me han hecho unas pruebas médicas
y han salido mal
por eso ni quiero promesas, ni
puedo dar futuro
Hugo dice
Es grave
Libra comenta
Muy grave y definitivo, casi
Hugo dice
No puedo creerlo,
te salvas de un terremoto tan brutal y desapareces,
cuando te
encuentro, dura la alegría media hora
Libra comenta
Tú debes tener un montón de
chicas, para hacerle mimos
Hugo dice
No seas graciosa,
que la gracia, no la veo por ningún sitio
Libra comenta
Tú quieres vivir el momento, yo
no sé cuando lo desearé o estaré dispuesta
Hugo dice
No me confundas, no
soy como piensas.
Libra comenta
Porque crees que duermo sola
Hugo dice
Tú sabrás, será
decisión personal, en la que no entro
Libra comenta
Jajá ves que es fácil para ti
Hugo dice
Te he soñado cerca,
diciéndome te equivocas
Libra comenta
Hasta aquí llegamos, fin de
nuestro idilio.
Estoy enferma y no sé como irán
las cosas, por lo que
no te voy a hacer perder el
tiempo. Si las cosas cambiaran
y fuese posible, te llamaré.
Sin embargo, no cuentes con ello.
No te despidas. ¡Déjame en paz!
Aquella comunicación se cortó, como se habían lesionado los dedos de los
pies de Hugo al pisar los cristales hechos añicos en el suelo, que nadaban
junto a la sangre mezclada con el bourbon desteñido que se había vertido al
romperse el vaso. Los churretes del pantalón del pijama se mezclaban con dos lágrimas
que surcaban en los grandes ojos de Hugo.
Hugo jamás supo, si el cáncer se llevó también a Nuria, si pudo recuperarse
y hace una vida entera, con otros aires. De vez en cuando accede a la página de
la música aquella, que le llevó a vivir una historia real y triste, quizás
esperando que aquella mujer bajo el pseudónimo de Libra signo, aparezca para
decirle: Lo ves que fácil es para ti.
1 comentarios:
MUY BONITO Y TRISTE A LA VEZ. NIKITTA.BESOS
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