viernes, 24 de enero de 2014

El rabo



En aquella carnicería compraba Elisenda sus chuletas. Casa Natalia mostraba su luminoso, en la parte superior frontal de la parada del mercado de abastos de la Cope.

Dos dependientas maduras además de la propietaria, que era algo mayor que sus empleadas. Las tres “rubias de pote” con mechas intercaladas. De buen ver y todas dentro del peso wélter, como poco.
Eran las permitidas en atender a sus clientes y despachar sus viandas cárnicas que entre cristales transparentes se mostraban desde el frescor que les proporciona el frigorífico.

Esperando turno tres amas de casa, además de la ya mencionada Elisenda. Atendidas en sus compras por las carniceras y la propia señora Natalia la propietaria del negocio, mientras se mantenía la charla distendida sobre el rabo de toro que se publicitaba y que se mostraba tieso entre el frescor de la cámara frigorífica tras los relucientes transparentes protectores.

_ ¡A mí, el rabo me gusta mucho! _ dijo sin pensar en la frase Natalia.

Todas asintieron con la cabeza y con una sonrisa inesperada procedente de sus ojillos maliciosos confirmaron también su gozo, por esa parte del animal de lidia.

Una de las vendedoras asió el rabo en sus manos y lo mostró orgullosa a la clientela. Como diciendo al mundo  ¡Mira que rabo!

Las clientas observaron el gesto de la muchacha y no abrieron la boca para decir nada, tan solo suspiraron, con resignación religiosa.

_ ¿Te pongo un trozo de rabo? _ Dijo la chica que despachaba en la tercera balanza, dirigiéndose a Elisenda.

_ No gracias, ya tengo_ respondió graciosamente Elisenda, acompañando a sus palabras con un carraspeo gracioso y minúsculo, mirando al resto de las señoras que esperaban alguna aclaración más amplia tras su respuesta.
_ Pon en una bandejita fina medio kilo de ternera cortada en filetes no demasiado gruesos.

El resto de la clientela defraudada por la falta de explicación quedó desorientada y sin más comenzaron a exponer la forma y el modo de comerse el rabo de toro, para que fuera más suculento.
_ El rabo te lo comes como sea y en el momento que sea. ¡Está delicioso! y más si el rabo es tremendo, aún le sacas más jugo al masticarlo_. Comentó una de las clientas que ya se despedía de la parada, con su compra realizada dejando sin más su comentario.

_ ¡Ah pues a mí! Me encanta con un chorro de vino_ Expuso la clienta que parecía más humilde y callada, a la que ya estaban sirviendo sus chuletas de cordero_. ¡Sabes lo jugoso que está! y lo fino que te deja el cuerpo, si sabes prepararlo y lo pones recio antes de metértelo en la boca_ finalizó súbitamente su opinión, en cuanto se vio sorprendida por la atención de todas las demás señoras.

Todas aquellas mujeres escucharon lo dicho y asintieron convencidas de lo exquisito del rabo de toro y dejaron escapar un gesto onomatopéyico de ¡U y… que delicia!
Elisenda había acabado su compra y hacía unos minutos había pagado su cuenta. Esperaba paciente su cambio, sin que éste estuviera correcto sobre el mostrador de mármol del establecimiento.

_ Ahí lo tienes el cambio nena_ reprochó la empleada, suspirando todavía por aquel rabo lleno de fuerza, tenso como el mango de un martillo y engrasado para que no se arrugue en el frigo.

_ Creo que te has equivocado cariño mío. No me has dado el cambio bien. Te he pagado con un billete de cincuenta euros  y me das el cambio de veinte. ¿Estás en el caso verdad?

_ ¡Ah sí! Que tonta; perdona guapa_ excuso la carnicera de la izquierda, sacando treinta euros del cajón y corrigiendo el error_, no sé en qué estaría pensando, ¡perdona cariño mío!_ fueron sus palabras timoratas mirándose a la dueña del establecimiento la señora Natalia, que a pesar de seguir todas las exquisiteces del rabo tieso, no dejaba de estar por el negocio.

_ ¿Pensabas en el rabo, quizás? _ Dijo Elisenda dirigiéndose a la empleada, con una sonrisa amplia.

_ ¡Sí!  …Que tonta estoy. ¡No sé porque me habré obsesionado con el rabo!

_ Sencillo amiga, porque hasta el final del rabo ¡dicen! …todo es ¡Toro!_. Le apuntó Elisenda mientras se marchaba.


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