viernes, 26 de octubre de 2012

Sexo Inorgánico


Vuelvo a ti, a tus calles
sin remedio.
Necesito transitar, olerte,
¡Hallarte!
Tocarte y con rapidez
expulsar un contenido
ávido de deseo.

Calles empedradas,
fachadas pétreas,
nunca hablan,
miran y callan.
¡Son eternas!

Hablar sin palabras.
Porque tú me entiendes
sin esfuerzos, sin excesos
en la soledad inclemente

Peñas, riscos
nos conocéis de siempre,
al nacer ya estabais presentes,
Indesmayables sin vértigo.
A pesar de creeros ausentes.

Evoco imaginando.
Exhumo misterio amargo,
mientras paseo y ando.
¡Quizás un recuerdo!
En verdad hechizo atado

Es como si en otro tiempo,
en otra vida, en otra etapa,
que no es la mía,
estuviera preso a tu lado.

Vecino tuyo ¡Sospecho!
Tristeza percibo al cabo,
de no obtener resultados,
de esa inmortalidad
que sin decir ansiamos

Ay…   si las piedras hablaran.
No tienen voz;  que yo sepa.
Exiguos genitales adviertan.
¡Se tocan entre ellas!
Deben estar muy enamoradas.
Para mantenerse erectas.

Yacer  tanto  tiempo ellas
¡Las piedras!
Encima o debajo,
tocándose sus telas pétreas.
Abrigando regias.
Ayuntando durezas eternas.

Años y siglos honestas
sin parar de amarse
sin besarse, sin temblar.
Inmutadas  escasas,
inadvertidas yertas.

¿Si hicieran el amor?
¡Ellas…!   Las piedras
Si pudieran...
Ver quisiera como:
Hartan sus entretelas,
y que orgasmos tengan.

 

0 comentarios:

Publicar un comentario