martes, 17 de julio de 2012

Mediterránea


 
Esta salida a Reus prometía ser buena, por la cultura que tiene esa ciudad dedicada al diseño, arquitectura, cocina, y la industria. Práctica comerciante, tratamiento del fruto seco. Una población con arraigo y tradición, edificios coloniales de aquellos catalanes que fueron a hacer las “Américas” y volvieron atesorados a su tierra. Donde ubicaron sus haciendas y según el capital acaudalado y propiedades plantaban en sus jardines una o dos palmeras. Indicativo de bienestar y de prosperidad.
Ahora esas lujosas mansiones, transformadas muchas de ellas en oficinas oficiales del ayuntamiento, y esos palacetes Modernistas en museos o casas de cultura para el disfrute del pueblo. Palacio Bofarull es la sede del Conservatorio, Palacio de los Marqueses de Tamarit, ahora centro de lectura pública, el antiguo edificio del Banco de España, hoy transformado y actual Museo de Salvador Vila Seca, Casa Rull antiguo museo del General Prim, sede del Instituto Municipal de Cultura.
Ciudad cuna de insignes personajes: Agustina de Aragón nacida en Reus y bautizada en Barcelona, Gaudí el arquitecto mundialmente conocido. Mariano Fortuny, pintor excelso.
El General Joan Prim i Prats, militar y hombre de estado, famoso por sus acciones en las guerras carlistas.
Joaquin María Batrina, poeta bilingüe, autor dramático. Entre otros muchos pintores, hombres de bien y artistas que dentro de sus facetas han enaltecido el nombre de Reus, por doquier.


Calles perfectamente pertrechadas y con sabor al siglo XIX, daban a primeras horas de la mañana su bienvenida con ese descaro mágico que poseen las bellas urbes, recién despertadas.  



En el Museo dedicado a Gaudí, en la plaza del Mercadal, pudimos disfrutar de casi todo lo relativo al ilustre arquitecto, ideas, fotos, bocetos, anotaciones, grabados, esbozos y planos que bien conservados permanecen en esa institución para el deleite de los visitantes e interesados.



El día de paseo fue fenomenal, un sol que quiso estar en segundo plano, para que los turistas gozaran sin sudar demasiado, de los encantos físicos de Reus. Ya el desayuno había sido de pronóstico, en los salones del hotel. Ganándonos el buen sabor, de unas muestras de embutidos y de unas tortillas sabrosas de patatas y cebolla que acompañaban su peregrinación entre la garganta y el estómago, con un vinito negro de la zona que dejaba en el paladar un sabor delicado.




Paseo obligado entre las calles del barrio antiguo, en muchos rincones detalles magníficos de esa arquitectura afamada, estatuas conmemorativas a los distintos hijos de la ciudad, para que la memoria no flaquee jamás y siempre sean recordados.
Recorrido distraído y alegre acompañados de los buenos amigos que se suman a estas excursiones variopintas, donde cada cual aporta lo mejor de su humor, lo reconfortante de su comprensión y lo ideal del afecto y compañerismo.





Haciendo un sumando de las ganas de vivir de cada cual, con los encantos de un éxodo corto y agradable, sin olvidar esa cocina la tarraconense que es de tan agradable sensacional y mediterránea.


Ciudad flamante,
la llamada Reus
cuna de insignes personajes
cita de ilustres intérpretes.

Serena, grácil mediterránea,
espera a las gentes foráneas,
otorgando su historia sincera,
su cultura, arquitectura y ganas.

Reus, Valderrobres, New York.
Baix Camp, Terrra Alta y Matarraña.
Rutas que debes visitar,
por tanta belleza que entrañan.

El vermut corto y ligero,
el típico de Reus,
chorrito del llamado Plim,
entra que ni me entero.

Comer con los ojos ¡Espera!
La hora del almuerzo ¡Llega!
Vayamos a buscar el plato,
con marcha ligera.

En el hotel nos brindan,
Bandeja de  fideuá, ¡Entera!
para degustarla, solo queda
hambre y estar frente a ella.




La bebida típica de Reus, es el Plim, una mezcla de frutas, que unidas al vermut, es el zumo oficial de las fiestas en esta ciudad





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