miércoles, 20 de junio de 2012

Mientras fabula


Solemne miedo el del cuentista.
Se enfrenta cada día,
 a la furia finita.

Al pliego en blanco,
a la sonrisa aciaga,
si escasea la fantasía. ¡Nada!

Mirada perdida,
oídos traidores,
memoria turbada.

Quiere, ¡Que cosa!
tocar el cielo
con su prosa.

Sueña, despierto,
es bien cierto, que es más fácil,
ser el dueño de tus cuentos.

¿Hasta cuándo? Se pregunta
en sus noches de penumbra.
Mientras fabula. Derrumba.

Intento agradar,
le dijo a su espejo mudo.
En mi no confíes. Lo dudo.

A pesar de las angustias,
deseo razonar contigo.
Abre la puerta, nazca el sentido.

Si a todos gustásemos,
sería imposible darnos cuenta.
Que brote el criterio y su renta.

Privilegio del cielo, sentirte agradable,
descubrir, la fuerza de un soneto.
Auténtico, sencillo, concreto.






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