viernes, 29 de junio de 2012

Discusión


Tengo una discusión indeleble,
desde que aprendí  a razonar
ésta apareció un buen día
y dudo si llegó a impregnar.

Defiendo internas disputas.
Reproches de la opinión,
cuando no estoy acertado
me priva con profusión.

El pensamiento es muy libre,
exento de cerraduras y cortapisas.
Puedo admitir cualquier cosa.
Más luego notaremos si concisa.

De costumbre la cordura está presente,
aunque dilemas diferentes existan.
Parece que tengo en mi mente
una ruta muy precisa.

Comparándome soy raro.
Habitual es, conocer mi sombra.
Será que presté atención poca,
y de la normalidad, ¿pasé la rosca?

En extrañas escenas me gusto.
Cuando alrededor percibo,
detalles que he perseguido.
Regalan gustoso alivio.

Prefiero el pronombre: Tú.
Relacionando virtudes.
Sería impensable en mí,
usurpar trazas y costumbres.

Con dudas existenciales
es difícil disfrutar.
Menuda carga la expuesta
a estas alturas dudar.

Porqué discuto conmigo,
con esa normalidad.
Por tener la mente desnuda,
sin tener que aparentar.

¿Es preferible ser lerdo
y no sufrir por los demás?
Mi querella permanece
desde ayer; hasta el final.








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