Aquí;
reducido al ocio,
con mi
equilibrio gastado.
Distraigo
mi aburrimiento,
aunque
estemos justo al lado
Sin
darle voz al talento,
sentado
en este bareto.
Noto
pasar a mi pueblo,
distraído,
sin contento.
No hay
palabra alguna
que
juzgue la situación,
solo
traduzco el asedio,
que
lleva mi corazón
¿Por
qué no hablas fulano?
Pregunta
el acompañante,
no
tengo que decir nada,
¡Además
no es importante!
Pareces
estar ausente,
¡Más
lejos que tú; te crees!
Tienes
la vista perdida.
No sé,
lo que pueda ser.
Limitado
al ocio exponías,
al
comenzar el relato,
permite
que tengas dudas.
Incluso
cuando exhibías.
El
equilibrio gastado
será
por las cervicales,
sin
esperarlo, inhiben,
el
norte en los cardinales.
Inflamadas
desequilibran,
algo no
está muy fino.
Alcanzado
el tambaleo.
Amárrate
a tu vahído
Por
ello, siendo normal.
Démosle
caña al cuerpo.
Una
pastillita a tiempo,
antes
que llegue ese infierno.
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