martes, 20 de marzo de 2012

Viento sin escondrijos



La mácula que porta el viento,
se sufre con destemplanza,
no tiene peso. Poco silencio,
en lontananza

No simpatiza con nadie,
pretende ser muy moderno.
Molesta sin esperanza,
en la frente sempiterno.

Decía la nube al cometa,
mientras el viento sea eso,
seguiré ocultando
mis pechos entre los cielos.

Ingrata potencia robusta,
parece ser turbulenta,
no muestra ninguna paciencia.
Viento eres fuerza infusa.

Mueve molinos y compuertas
menea a los mares, desconcierta.
Revuelve los cielos y tinieblas,
concluye con la entereza,

Viento, careces de recuerdos,
de ilusión y de pasado.
Fuerza bruta en tu interior
olvidas desesperado.

De que huyen esos aires,
que no dejan descansar.
De sí mismo, de los mares,
se pretenden desatar

Mi aire es el suyo,
mi viento el del sur.
El vendaval lo prefiero,
a que no estuvieras tú.

Rincones no tiene el fiero,
cuando expele con maldad.
Escondrijos aireados,
muy poca serenidad

Ceguera lleva el tifón,
desgarrando cuando choca.
Habrá alguna razón.
 ¡Oh;  naturaleza  loca!

Agrada el viento invencible,
ese que siempre persiste.
Jamás se ablanda y me dice.
¡Sigues ahí! ¿No te fuiste?

Qué motivos carga el viento,
cuando destroza poblados,
quien debe ponerle el genio.
Convertido en desalmado.

Esas fuerzas destructoras,
motivos han de tener,
cuando no es una, son dos
y a poco que piense van tres.

No las puede mandar Dios.
Él; dueño sereno del Trino.
Siempre ha sido el Creador
para perder el sentido.

A no ser que resentido,
de tanta injusticia clara,
quiera airear sus enaguas,
enviando esos rugidos.

A pesar de todo ello,
siempre castiga a los mismos,
esos que no pueden beber,
ni comer ni hacer malabarismos.

Algún día, ha de llegar,
la paciencia de los vientos,
y si algo ha de soplar
será para refrescar alientos.

Ese momento será,
el último que nos traslade
cuando no haya injusticia
y todos estemos dables.

Cuando ya no hayan pobres.
Ni ricos que despilfarren,
cuando no tengamos vida,
por ser tan indeseables.

El mar se almacenará,
en su envase con dibujos.
Ya no será necesario,
bañarnos con tanto influjo

El viento se calmará,
se dormirá en su donaire,
no hará falta el resoplar
porque no seremos nadie.




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