lunes, 30 de enero de 2012

Nidos sin trino





Lo has dejado solo en casa,
con una excusa muy turbia
escudando,  en que tu prócer
os necesita sin falta.

Él;  tu cómplice y guía,
es el que te escolta,
soportando muchos días.
No le tienes afecto. ¡Venir se veía!

¡Ay!  Quien olvide el umbral
de los gestos del afecto,
peligra su integridad,
luego llegarán lamentos.

Aguacero de bravas lluvias,
chaparrón de posturas insanas.
Distinción del ser equilibrado,
norma de gente asentada.

Este trato no es de ahora,
hace tiempo se os ve tardos,
no os tocáis con vuestros ojos,
menos con el hartazgo.

Acomoda a tu rarezas,
escasez, la que exige tu ansia.
Espeluznan tus distancias,
No le añoras. ¡No te hace falta!

Con brisa usada y amarga.
No te apetece nada, ¡Lo aguantas!
Todos te conocen,
¡No disimulas sus faltas!

¿Y tú? ¡La parte contraria!
Encubriendo tus desganas,
que no por grietas, son rajas,
hendiduras que ya sangran.

No pierdas tiempo en distingos
si la quieres ve a buscarla,
no dejes que cicatrice,
la poca enjundia que embarga

Deja de fingir piedad,
 talla es sin costura.
Las personas, no se miden,
por los palmos de su altura.

Todo lo que se irrumpe muere.
Es una realidad, ¡Todo se termina!
Si no vuelve, no te quiere,
a más tardar, ¡Menos estima!

Si el trato es deudor, daña
Nada se arregla sin hechuras.
Dilatarlo en el tiempo, cuestiona,
tu cariño queda a su altura.




Tú sabrás porqué no vuelve,
por el motivo que huye,
porqué no siente por ti
aquello que tu defiendes.

Heridas de juicio injustas,
tienden a no sanar nunca.
Perduran las ofensas,
y del resto, quedan dudas.

Vuestro cariño acabó,
Anduvisteis caminos distintos,
tanto por soportar,
que ahora,  os une el olvido.

Siento pena por ella,
siempre cumplió su destino.
contigo va mi desprecio
por ser tacaño y mezquino.







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