domingo, 15 de enero de 2012

El pirata y la estrella


Privilegiado soy,
dijo el pirata intelectual,
cuando alejado de las mareas,
su recuerdo era especial.


Presto surcaba los mares,
océanos y algo más,
su barco hizo una escala,
en su dársena angelical.


Era un pirata muy viejo.
Bohemio, retirado, sin faenar.
Contando recuerdos buenos,
¡Ay!  Los malos. Ya vendrán.


La conoció desde lejos,
a su sirena, allende el mar.
Se le asomó a su ventana,
una fiesta de guardar.


Aquí refleja la fábula
que existía en su historial,
puesto que no la conoce,
ahora pasa a especular.


La tropezó una mañana,
de domingo vespertino.
Una ventana se abría
tenues luces del camino.


Ella serena concisa
emergió tímida, banal.
Expresión y acento dúctil,
para hacerlo reaccionar.


¿Cómo te llamas endrina?
¡Cómo me quieres llamar!
Elije tú la palabra,
con la que quieras nombrar. 



Prefiero que tú la escribas,
en el encerado estelar,
para que al leerla,
la relacione sin par.


Consuelo puedes llamarme,
es apodo atenuante,
que dice de mi bastante
para poderme citar.


De una virgen lo sacaron,
el nombre que le pusieron
aquellos que bautizaron,
a la negrita del mar.


Consolación es tu Virgen,
la que el nombre a ti te da,
vamos a reconocerlo,
es la que, esperanza; más.


Sublime te considero,
eres sencilla y normal
deja que pueda llamarte
en mi idioma, el natal


“”Bunica”” te llamaré,
cuando exija de tu parte,
tengas para mi ese arte
que sepas considerar.


Soy un marino mercante,
que surco por el vasto mar,
pidiendo limosna de afectos
sin poder localizar


Vengo del Mediterráneo,
Océanos he de cruzar,
llevo embarcado mil años
y no sé, si acabará.



He llegado con el ritmo
del campesino y guaracha.
Cruzo por el puerto de la Vela
paramos en Riohacha.


Desde la plaza Padilla,
vengo recitando versos,
quisiera que el almirante
surcara conmigo al viento.


Guajira tú lo mereces,
por dejarme deleitar,
cuando expresas tus motivos
tan siquiera sin hablar.


Sugestiones las tenemos,
no tengo más que observar.
Los versos son,  de venero,
no los podrás olvidar.


No puedo darte mi ritmo,
estoy en otro confín.
Tampoco les veremos juntos,
pasear por el jardín.


Tiene un secreto la plaza
del almirante Padilla,
cada noche tengo un sueño,
se transforma en fantasía.


Imagino que me duermo,
y ya;  no despierto más,
sin embargo, yo lo intento
y no quiero espabilar.


Morena, de aliento y consuelo,
de esas indias, no se dan.
Los manuscritos perfilan,
mejoran en lo real.




¿Dónde para ese pueblo?
Que nunca supe encontrar,
en mi mapa se refleja,
ese sitio al navegar.


Puerto pesquero,
de turistas además.
Guajira es la región,
de vallenatos sinceros.


Aquel marino sereno
y sus cartas de arrumbar,
encontraron una playa
donde poder recitar.


El tiempo pasa sin ruido,
las olas no volverán.
Sentimiento que se aleja,
si no lo bañas jamás.


Ella en la plaza le espera,
él; se muere un poco más,
los días se perpetúan,
cuando fuera capitán.


Se diluyó con las letras,
con su música al recordar.
Es la vida del marino
y su destino final.


Bunica, el marino evoca,
memorias y felicidad,
que le diste con tu impronta,
eso nunca olvidará.


Guajira, viajarás siempre,
por los desafíos del mar.
Recuerda aquellas palabras.
Me encantas, es la verdad.







3 comentarios:

José Añez Sánchez dijo...

preciosa y sentimental, no puedo evitar poner la banda musica de una colombiana que me ha inspirado el poema (si es que lo logro con este link).

http://www.youtube.com/watch?v=vK7deFjKBHo&feature=endscreen&NR=1l

Anónimo dijo...

Son la 3 de la madrugada, hora de leer poemas y en este instante he leído su poesía, que linda es ...me hizo sonreír,emocionar y recordar tantos detalles semejantes a los que describe. Sus poemas, son como el agua que nace natural, que fluye desde el sentir profundo.

Anónimo dijo...

Que ¡¡LINDAAA!! ¡¡ME GUSTA MUCHO!! tienes un don único , mi admiración por tus escritos. esta siempre la guardare en mi nochero para leerla cada vez que quiera,

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