martes, 20 de diciembre de 2011

Baile del vientre al estilo Álamo

La excursión comenzó a las nueve de la mañana cuando el autocar estaba repleto de todos los viajeros frente al ferrocarril de la Generalitat, más conocido por el “Carrilet”.
Aunque realmente esta reunión comenzó hace ya más de un mes, cuando Roser, se encargó y se propuso llevarla a cabo, a pesar de que alguien decía: ... no llenaría ni un autocar.  Sin imaginar que los socios del Ateneo estamos con las buenas nuevas llegadas y que apoyaremos en pro de la entidad casi centenaria.
La Vida es Bella, como dice el título de la película y claro que lo llenó, además de la mejor gente del ateneo, porque nos lo pasamos de cine. ¡Gracias!  Que hemos de trasladar a Roser y a sus ayudantes por tan buena tarea llevada a cabo en esta nuestra Agrupación y club. ¡Gracias Roser!
Las 9:05 Am, arranca el autocar y se dirige hacia la autopista en dirección a Tarragona, los paseantes de ese convoy aún no se habían despertado prácticamente, porque no hacían ruido y eso es raro en un acto como este. A medida que iba corriendo el reloj, ya parece que las cosas tomaban otro cuerpo y el tono subía in crescendo ¡Como debe ser!
Susurros se escuchaban y conversaciones bis a bis, ¡Estupendo! en el momento que el presidente del Ateneo Jaume Sans, tomaba el micro para decirnos  ¡Buenos días! Que le daba alegría que estuviéramos en el autocar en dirección a Alcover, que nadie se pusiera nervioso que parábamos enseguida para tomar un café, para descansar un ratito y para quien lo necesitara,  ir al despacho de los ruidos no divulgados.
Corre que te corre el conductor del autocar, sin pasarse de la velocidad establecida, detalle que le hemos de agradecer al chofer, por su buen hacer y profesionalidad.
¡Ya hemos llegado!
Si miráis las fotos, veréis como se alimenta el personal, nadie les ha de decir cuidado con la anemia, todos toman sus vitaminas a placer y además con una sonrisa a prueba de intento.
Para ver todas las fotos; solicitarlas al Ateneo Familiar. 

www.ateneufamiliar.org




Al cabo de una media hora, el convoy sale del área de servicio y ya cami… caminando por la carretera, llegamos a Rifacli, fábrica de galletas, o sea un encanto para el sabor. Nos esperaban sendos porrones de vino moscatel que endulzaron los paladares de los más exigentes, además de degustar esas galleticas tan ricas y esas nébulas y carquiñoles que casi se quedaban en el trayecto entre el cuello y el estómago, por lo dulces que estaban y lo sabrosos que caen a esas horas cercanas al Ángelus.
No perdimos mucho el tiempo, ¡Ninguno! Entre el traga que te traga, el compra que compré, ya nos llamaban a filas para emprender de nuevo el viaje hacia Alcover.
Paseo por Montblanc, preciosa ciudad medieval de Cataluña, pudiendo ver sus fortificaciones y sus murallas, sus calles góticas y sus abolengo en los soportales sobre las puertas de sus casas, el linaje de aquellos residentes que en su día vivieron en esa ciudad amurallada. Tuvimos la oportunidad de pasear por sus callejas y visitar sus iglesias que en esos momentos no celebraban y estaban abiertas al turista.
Para  saber más de esta ciudad conectar con:
http://www.aldeaglobal.net/artmedieval/castella/Montblanc.htm


En el restaurante los Álamos, tuvimos que esperar algún tiempo, nos habían de recibir las suplentes de Papa Noel y tenían que preparar nuestra entrada de forma especial y adecuada, dándonos el parabién y recibidos por los tradicionales villancicos de la época. Mientras en la plazuela del acceso cantaban dos asistentes del barbudo blanco ataviadas al efecto, haciendo que la espera fuese menos tediosa. Se abrió la puerta y fuimos entrando sabiendo donde teníamos que ubicarnos en que mesa dentro de todo aquel espacio inmenso donde se situaba el enorme comedor. Los cánticos iban sonando y nos recibían a lo grande, entre un pasillo de ayudantes del Noel agitando sus baritas mágicas, riendo, con alharacas y alegría.
La mesa preparada, las cocinas en su apogeo, dando salida a la cantidad de platos que habían preparado, tomamos asiento entre personas conocidas, que normalmente tenemos relación dominical, por encontrarnos en la misma sala de baile, sin perder tiempo fueron llegando los platos frente a nuestras barbas y todos a masticar, y a saborear la carne de olla, la escudilla y todo lo que nos podamos imaginar, sin pasarse tampoco, ya que los tiempos no lo permiten. El menú pactado por los organizadores se cumplió a la perfección y las ganas de comer algo caliente suplieron aquellas alegrías y esperanzas, pasando a ser una realidad.
Al terminar la comida, los músicos se fueron pertrechando delante de sus instrumentos y comenzaron a cantar, los bailadores, bailongos del Ateneo, no tardaron en tomar relieve en la pista central del baile y al poco todos estábamos disfrutando de una tarde magnifica y extraordinaria. Música de todos los tiempos, pasodobles, cumbias, fox lentos, valses, guarachas y bachatas, sonaban para que el general de los danzarines movedizos disfrutara a tope y sin término medio. Un sorteo de un jamón y el fotógrafo que merodeaba por entre las mesas para hacer su trabajo y retratar a aquellos que lo deseaba y quisiera tener un recuerdo de su paso por el Álamo.
Preparando el baile del vientre
La noche se echaba encima y de vuelta en el mismo autocar llegamos a nuestra ciudad, tras haber pasado un día sencillo pero a la vez estupendo, en el que se demostró que la unión, la destreza de los organizadores y las ganas de pasarlo bien de los socios hace de un sábado soporífero y monótono una jornada grande y divertida.








Comienzan los meneos y la musica no cesa en el Álamo de Alcover

Manolo, del Ateneo se subió al escenario a mostrar su barriguita

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