sábado, 29 de octubre de 2011

Vias sensuales



Este trayecto que inicio,
encima del tren me alojo,
mis pensares a manojos,
recuerdos de lo vivido.

Este camino de hierro,
me lleva y me trae a diario,
a lugares que por uso
no valoro ni resguardo.

Ha presidido mis citas,
viajes, vivencias, encuentros. Mi vida.
“El Carrilet” apodado
que me ha traído y llevado.

Lo revivo de mi infancia,
cuando el viajar era esperanza.
Escapada de mi casa,
aunque después regresara.

Aventuras personales calla,
algunas dejaron marca,
cuando a ella acompañaba,
con mis manos reubicaba
en su cintura escuálida.

Momentos buenos me diste,
sentado o en pie por tus pasillos,
dibujándome en tus cristales
la juventud a raudales

La caricia que esperaba
noche tras sombras, en tus barandas.
luces del vagón, tenues, flojas.
Disimulaban pasiones locas.

Ahora entre sus vías estrechas,
circulan otros vagones
que por nuevos son mejores
más modernos. Menos flores

En los andenes el amor no espera.
Acorralan sus caricias. Ellas,
sin tanto pudor, sin escenas, sin esperar,
sin dilemas, a pura luz con linternas.

El túnel ya no es excusa,
para besarla en penumbra,
ahora es ella y alumbra.
Apúrate, ¡no estoy sorda!
No te cortes ¡Es la blusa!

Esencia tiene el trayecto,
llevarte de un sitio a otro,
con destinos a tus citas
que por normal, ni te fijas.

Ferrocarril, presente y vivo
que vencéis las distancias,
con traqueteo dormido,
agradeceros los mimos,
aún y cuando ni atino.

Hoy me percato y te admiro.
Agradezco tu sentido,
por tantos años de olvido
que no supe compensar.

Eres calzada de acero
eres secuencia vial
tienes el santo decreto
de llevar al personal

Ahora me atrevo  y te digo,
tras ser desagradecido.
Llega por fin el instante,
registro tu auxilio impagable.

Unes dos puntos continuos
que todos van a tomar,
o  te subes en la plaza
o te apeas al llegar

Gratifico tu servicio
con frecuencia puntual,
si quieres llegar a tiempo
“El carrilet” usarás.

Con mi puro sentimiento
de tantos años sentarme.
Acomodado en tus butacas,
de la estación del empalme.

El tiempo no pasa en balde,
ni en jofaina y palangana.
Por ello,  te condenamos
a que sigas adelante.

Innovando ese favor
de traerme y de llevarme,
en ese trayecto y pasaje,
hasta que Dios nos reclame.





1 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Dónde habré visto, antes una de trenes que te haya inspirado el poema? No sé, no sé ,... pero algo me suena.
De todas formas los trenes mejoran y las amistades también. Sinó que nos lo pregunten a nosotros. Por supuesto, la poesía se va superando a sí misma. Los artistas con la edad son como el buen vino en barrica, adquieren cuerpo y calidad.

José Añez

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