lunes, 6 de septiembre de 2010

Travel de los sueños


Dejó su coche aparcado en la otra acera, cruzó la avenida, al llegar a la oficina Travel Club, tomó asiento en la zona de espera, cuando dejó caer su cuerpo observó lo cómodos que son aquellos divanes.

Esperó su turno, y cuando llegó el momento, se le acercó, una señorita invitándole a sentarse frente a su mesa para que hiciese su solicitud. Ella se dispuso a atenderle amablemente escuchando, lo que el tipo del traje dril exponía.

Aquella muchacha, tenía unas manos tersas, finas y cuidadas, sobresalían por lo limpias, haciendo juego, con el tinte de las uñas muy recortaditas y curiosas. En sí toda ella demostraba una pulcritud que alegraba con lo diverso y original de esos éxodos que patrocinaba

El interlocutor se fijó, por espacio de unos segundos, y sonrió abiertamente, porque, algo le sobrevino, y le cambió el rictus de la cara.
La señorita, prosiguió notando la contingencia y en deferencia al caballero, y para dejar más abierta la cordialidad de trato, cosa que favorece en el mundo de las ventas, se presentó:
Mi nombre es Avelina, soy manager del departamento de ocio, y diversión, y puedo ofrecerle todas las opciones de desplazamientos, ya preparados. Sin embargo son paquetes completos que se han de aceptar tal cual, y son ustedes los que han de encajar en ellos.


Le mostró unos catálogos de turismo con destinos diversos, pero aquel hombre pretendía viajar hacia un país, que él mismo inauguraba y que de momento no descubría.
Mientras el caballero hacía su exposición la dependienta, le miraba a los ojos, y sobre todo escuchaba el tono de voz, que sin duda, le recordaba a otro tiempo, quizás una experiencia que hubiere tenido allá en su otra dimensión

En el bufete de madera de nogal, de un diseño atrevido y moderno, que lucía tras de su figura femenina, destacaba apoyado sobre una rinconera, un aparato de radio, que servía en el instante las noticias que acababan de suceder en aquella ciudad, alternando con música renovada, y suplía con algunos spots promocionales, que anunciaban: detalles y curiosidades, de confort, mejor vida, turismo y seducción personal.


_Perdone, ¿su nombre es?_ preguntó Avelina directamente.

_Llámeme, Paolo_contestó y siguió escuchando la aclaración de aquella dilecta y experta comercial.

_No me ha dicho si ha de viajar solo, o acompañado,_Hizo una ceremonia en su exposición esperando respuesta de Paolo.
_No; no lo hice, pero tampoco te he comentado, dónde pretendo ir, y si me interesan todas esas maravillas de las que hablas _Adujo el respetable del traje claro, intimándola sin ambages.
Ella rió abiertamente, demostrando que su dentadura era escalonada, y refulgente.
_Más que nada; prosiguió_, yo daba por sentada, que usted se ha
ría acompañar de una…, perdone pero creí,_Dejando abierta la exposición para que Paolo, matizase definitivamente.

Evitó aquellas expresiones con mucha sutileza el hombre, complaciendo con la cabeza en señal de afirmación, para hacer ver a la morena, y espectacular proveedora que no iba desencaminada y siguió.

_Necesito viaje para Argentina, y desde allí, desplazamiento hasta Bariloche, y voy…mejor dicho vamos tres personas.-- Sentenció con gentileza el caballero.

_¡Che qué bueno! , yo precisamente soy de la Pampa, ¡¡que bárbaro!! ¿ no creés?, y además… tanguera. _Afirmó con énfasis Avelina

Yo a vos te conozco, ¿no sabés quien soy? ¿ No me has reconocido? ¡¡ miráme pibe!! , ¡¡no me seás boludo!! , ¡que carajo!


En aquel instante, y de repente:
Bunisiiiiiimmssss dies, son ara les sis del mati, y et despertem, am una mùsica molt bunica d’Hispano América, però avans gaudim del só autentic del mes adient, del mes ensiçadó
......por la esquina del viejo barrio, lo vi pasar, con el tumbao que tienen los guapos al caminar, las manos siempre en los bolsillos de su gabán; pa que no sepan en cuál de ellas lleva el puñal…


La ducha ha sido de agua fría, como todas las mañanas, yendo desde caliente hasta recibirla helada. Hoy directamente congelación desde el comienzo, y más prolongada que de costumbre. En el pensamiento, aquello de Calderón de la Barca. Que recitó con profusión, dándole orgullo aquel recuerdo.

“¿Qué es la vida?

Un frenesí.

¿Qué es la vida?
Una ilusión,

Una sombra,

Una ficción,

y el mayor bien es pequeño:

Que toda la vida es sueño,

y los sueños, sueños
son.”


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