Noche de San Juan,
Oscuridad insondable
sombras brillantes,
iluminan y enfocan:
semblantes
Ojos profundos,
sorna al viento,
no puedo olvidar
aquello que siento
Negruras verbeneras,
alegría rebosante, penas
en la nevera.
Amanecida descalza
¡Menuda borrachera!
No disimules
primavera.
Tu acabas ¡El
verano empieza!
Nos despojamos de
la vergüenza.
El ardor desnuda la
paciencia.
Brindemos ¡Por cierto!
con murmullo sereno,
hacia el firmamento.
En tu onomástica
quiero.
Sentirme arropado
del cielo.
Hogueras ya queman
penurias viejas,
lo excesivo del año.
Nuevas condenas.
Otro junio ¿Infortunio?
Recrimino mi insolvencia.
No supe dilatar experiencias.
Tropezón con mis
carencias.
El fuego ya atiza,
las llamas
prosperan,
reflejo en el
cuerpo
sudor de conciencia.
Aparta, retira
¡Estás muy cerca!
Convocas ímpetu, vehemencia.
Procura tostar las
penas,
si se queman,
quedan exentas.
Reímos, por fuera,
con alegría extensa,
que rico semblante.
Por dentro, reserva.
Tradición, brindis
y hoguera,
que nunca falten
estas verbenas.
Año tras año,
frente a la humareda
pueda abrazarte la
noche entera.
Cerca del fuego, pienso
y redundo
que será mañana, al
no haber humo.
Torpe y premioso
deduzco al talento,
que se necesita
para, continuar cuerdo.
Echa más leña al
fuego,
que no falte la chispa,
entre los leños
jugando,
que no se nuble mi
vista.
Alza la copa, en
gesto valiente,
contamina tu vientre,
con brebaje intenso.
Intenta cruzar, el áspero
desierto.
El viento te avisa,
allega tu aliento,
no pierdas la
calma,
bebiste en exceso.
Felicidades a todos
los Juan …es,
¡Por supuesto!
Ellos llevan su novela
¡Por dentro!
En nuestro valle de
rancios pretextos.
Ojos profundos,
sorna al viento,
no puedo olvidar
aquello que siento
Noche de San Juan,
felicidad
irreprochable
alzo mi copa, para
brindar al aire.
¡Hasta muy pronto,
amigo entrañable!
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